Visita a la Torre de Telegrafía Óptica de Arganda

Un grupo de vecinos visitó este domingo 5 de julio uno de los edificios más singulares de la localidad, como es la Torre de Telegrafía Óptica, la cual data de […]
Un grupo de vecinos visitó este domingo 5 de julio uno de los edificios más singulares de la localidad, como es la Torre de Telegrafía Óptica, la cual data de 1849. La torre fue rehabilitada en 2008-2009 y se reconstruyó su sistema de transmisiones. Era la número 4 de la línea telegráfica Madrid-Valencia, que estaba formada por 30 torres, la primera en el Castillete de los jardines del Retiro y la última en San Francisco en Valencia.
La visita, organizada por la Oficina de Turismo de Arganda, duró una hora y media y los asistentes pudieron conocer cómo era el sistema de comunicaciones de estas torres de señales que hacían las funciones de estaciones repetidoras de mensajes codificados. Eran de uso exclusivo del gobierno y el sistema no estaba abierto a los particulares. Desde la cabecera de línea se enviaban noticias u órdenes por medio de signos cifrados que se transmitían mediante un dispositivo colocado en la cubierta de las torres. Los signos recibidos eran sucesivamente repetidos por los torreros, sin saber el significado del mensaje, y de ese modo, de torre en torre, la información llegaba al otro extremo de la línea en un breve período de tiempo.
También se pudo conocer las duras condiciones de vida de los torreros, todos ellos militares, pues el secreto de los mensajes era considerado esencial. Cada minuto de retraso en la transmisión les suponía un descuento de real y medio en el salario. El trabajo del torrero se limitaba a reproducir la posición del telégrafo emisor y comprobar que la torre siguiente lo repetía. La jornada laboral era muy larga y el propio torrero era quien colocaba y retiraba la escalera de mano necesaria para acceder a la torre, que tiene doce metros de altura.
La visita concluyó en las dependencias interiores de la torre. El interior consta de tres plantas y una azotea donde se instalaba el telégrafo. También se explicaron los lugares en los cuales trabajaban, comían y guardaban sus enseres los trabajadores.
El sistema de telegrafía óptica tuvo una corta duración por sus limitaciones: no se podía comunicar de noche, dependía de las condiciones meteorológicas y necesitaba de un personal facultativo aislado y siempre en observación para poder transmitir los mensajes. Además, en 1851 se inauguró el primer telégrafo eléctrico Madrid-Aranjuez. Las últimas transmisiones de la línea de Valencia y, por tanto de la Torre de Arganda, datan de la primavera de 1856.
La Oficina de Turismo de la localidad seguirá promoviendo este tipo de visitas guiadas a los diferentes enclaves argandeños, con el objetivo de impulsar el desarrollo del municipio como enclave turístico.
Galería de imágenes de la visita aquí.
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